El cáncer y los problemas de sueño: esto es lo que debes saber
Pacientes con enfermedades tan graves como el cáncer suelen padecer problemas de sueño. Se trata de alteraciones en la duración (tanto por exceso como por defecto) como en la calidad del descanso. Por eso, en pacientes oncológicos es especialmente importante incidir en la importancia de una correcta higiene de sueño que evite que los patrones naturales se alteren en exceso.
¿Qué problemas de sueño se asocian al cáncer? Son, fundamentalmente cuatro: hipersomnia, síndrome de somnolencia, pesadillas y, de manera especial, insomnio. Son alteraciones relacionadas con la enfermedad y a veces con los tratamientos. Teniendo en cuenta la importancia que para la salud física y mental tiene un buen descanso, afrontar estos trastornos resulta primordial.
1. Hipersomnia y cáncer
La hipersomnia es una somnolencia excesiva durante el día que sufren algunos pacientes de cáncer. Se manifiesta como una incapacidad de permanecer despierto que impide desarrollar con normalidad actividades rutinarias y que interfiere también en las relaciones sociales.
Dentro de los problemas de sueño asociados a pacientes oncológicos, este se relaciona con tumores que de un modo u otro afectan al cerebro o al sistema nervioso central, con el tratamiento de quimioterapia y con ciertos medicamentos. También estaría vinculado a ciertos síntomas o consecuencias del cáncer como anemia, desequilibrios hormonales o depresión.
Descubrir el motivo que causa la hipersomnia en pacientes de cáncer es el mejor medio de luchar contra ella. De esta manera, estos problemas de sueño pueden remitir con un cambio de tratamiento o la prescripción de ciertos estimulantes.
Adquirir rutinas de descanso también puede ayudar a controlar, al menos la hipersomnia. Se trata de marcar horarios fijos para acostarse y levantarse, de evitar comidas copiosas que provoquen somnolencia o de realizar algo de ejercicio o tareas que requieran de concentración, entre otras cuestiones.
2. Síndrome de somnolencia
Se trata de un tipo de hipersomnia particular por dos motivos: los sufren niños enfermos de cáncer y aparece después de haber sido sometidos a tratamientos de radioterapia en la cabeza. En este caso, esos problemas de sueño se manifiestan con aletargamiento, irritabilidad, náuseas y pérdida del apetito.
Los síntomas no aparecen durante el tratamiento contra el cáncer con radioterapia ni inmediatamente después de su finalización, sino algunas semanas más tarde. Su duración, por otra parte, es variable, en algunos casos apenas dura unos días, pero en otros puede prolongarse bastante más.
3. Pesadillas
Evidentemente, se trata de uno de los problemas de sueño que puede sufrir cualquier persona, enferma o no de cáncer, y a cualquier edad. Sin embargo, en pacientes oncológicos las pesadillas pueden aparecer con más frecuencia y sentirse con más intensidad que en circunstancias normales.
Una de las causas más comunes es la angustia y ansiedad emocional que provoca el conocimiento de padecer una enfermedad tan severa como el cáncer. En menor medida, ciertos medicamentos o suplementos también pueden contribuir a esas pesadillas.
El mayor problema es que en enfermos de cáncer se puede desencadenar un círculo vicioso. Esos trastornos del sueño pueden generar temor a acostarse y una mayor somnolencia que desemboquen en unos niveles de estrés aún más elevados y un deterioro de la salud.
Por ello, es especialmente importante un abordaje adecuado en pacientes de cáncer. Reconocer y asumir la enfermedad, expresar los miedos y temores que genera la enfermedad o solicitar ayuda especializada son cuestiones esenciales para frenar las consecuencias de esas pesadillas.
4. Insomnio y pacientes oncológicos
La imposibilidad de conciliar el sueño es uno de los trastornos habituales en pacientes oncológicos. De hecho, hay estudios que indican que un 50 % o más presentan problemas de sueño y que entre el 30 y el 50 % de personas recién diagnosticadas de cáncer tienen dificultades para dormir.
La preocupación por la enfermedad, los tratamientos contra el cáncer, ciertos fármacos y otras circunstancias como síntomas menopáusicos, respiratorios o digestivos agudizan el insomnio. Las consecuencias son fatiga, alteraciones cognitivas e incluso un aumento del dolor. Sin embargo, el problema se puede abordar mediante tratamientos tanto farmacológicos como psicológicos.
En cualquiera de los casos, estos problemas de sueño no solo alteran la calidad de vida de los pacientes con cáncer, sino que también llegan a interferir en su percepción de la enfermedad, en su forma de afrontarla e incluso en los tratamientos. Por ello, es importante acudir a los especialistas ante los primeros síntomas para un abordaje precoz.