22 Abr

Porqué perderle el miedo a la prueba del cribado

El cáncer de colon es uno de los más frecuentes entre la población española mayor de 50 años. Afecta por igual a hombres y mujeres y en ambos casos se sitúa entre las primeras causas de muerte por cáncer. Y todo ello a pesar de que es sencillo prevenirlo con una prueba de sangre en heces que se realiza en casa. Ese es el objetivo de los programas de cribado.

Estos programas se dirigen, precisamente, al sector de población con mayor riesgo de padecer cáncer de colon, aquellos que tienen entre 50 y 69 años. El objetivo del cribado no es otro que detectar lesiones precancerosas de forma precoz.

Un cáncer que se puede prevenir

El cáncer de colon puede llegar a ser muy agresivo, pero sus tasas de supervivencia se elevan notablemente si se detecta a tiempo. Y es algo que puede hacerse gracias al cribado. Hay que tener en cuenta que esta enfermedad no suele dar síntomas hasta que ya está en estadios avanzados y que incluso esa sintomatología, cuando aparece, se puede confundir con patologías mucho menos severas.

Con la prueba del cribado se detectan cantidades incluso ínfimas de sangre. Cuando ese análisis es positivo puede estar indicando la presencia de pólipos y pequeñas lesiones que acaben derivando en cáncer sino se tratan. Si fuera así, se realizaría una colonoscopia para confirmar el diagnóstico y, posteriormente, proceder a la extirpación de esas lesiones.

El cribado, por tanto, permite la detección precoz del cáncer de colon incluso antes de que este haya comenzado a desarrollarse e iniciar el tratamiento imprescindible para frenarlo antes de que pueda extenderse.

En caso de tener lesiones precancerosas, el miedo a someterse a una prueba de cribado solo significa retrasar un diagnóstico inevitable. Y ese retraso conlleva que el éxito de los tratamientos y las posibilidades de cura se reduzcan de forma muy notable.

Cifras que se podrían reducir gracias al cribado

Solo en España se diagnosticaron en 2020 casi 39.000 casos de cáncer de colorrectal. A cinco años, la supervivencia se sitúa en un 65 %, pero esta cifra varía notablemente según el estadio en el que se diagnostique la enfermedad. Si se hace en las primeras fases, ese porcentaje se eleva a un 90 %, pero en un estadio B ya se rebaja a entre un 50 % y un 75%. Esas son las cifras que apoyan la importancia de someterse a un cribado.

Una sencilla prueba de sangre en heces, por tanto, puede salvar muchas vidas si se detecta a tiempo la presencia de lesiones precancerosas o cancerosas antes de que estas se extiendan. Es cierto que el temor a un diagnóstico puede hacer que se retrasen pruebas, pero en casos como el cribado, hacerlo marca la diferencia en forma de tasas de supervivencia.

Una prueba muy sencilla

El cribado se realiza mediante un sencillo test que se realiza en casa de forma rápida y sencilla y que no es invasivo. Se trata, de manera muy esquemática, de recoger una pequeña muestra que luego se analizará en laboratorio. Sus resultados no son exactos al 100 %, en algunos casos puede no detectar esos pólipos si no hay sangrado. Pero este hecho no le resta valor, ya que en caso de detectar anomalías y confirmarlas con una colonoscopia, su valor es enorme.

De esta forma, lo aconsejable es participar en los programas de cribado de cáncer de colon que realizan periódicamente las comunidades autónomas o solicitar al médico de familia realizarse la prueba si se tiene algún síntoma o si se ha llegado a esa edad que se considera de riesgo.