11 Ene

La importancia de la resonancia magnética para el diagnóstico por imágenes de tumores

Para el tratamiento eficaz de los tumores es necesario realizar un correcto diagnóstico. La tecnología está al servicio de la curación del cáncer con medios que son realmente efectivos. Uno de ellos es la resonancia magnética.

Es un sistema muy usado para la detección y programación de un tratamiento de cáncer. No tiene efectos secundarios graves y tampoco radiación como otros métodos como los rayos x. Por eso la resonancia magnética es muy usada sobre todo por su gran utilidad en el diagnóstico de tumores.

Una de las principales ventajas de la resonancia magnética es que permite el uso de imágenes para poder realizar el análisis y la localización de tumores. Esto es especialmente útil para decidir el tratamiento que se desea seguir con un cáncer (por ejemplo, para realizar una cirugía).

Con esta técnica se puede distinguir la consistencia de los tejidos y diferenciarlos de manera gráfica. Por eso es tan útil para detectar tumores. La resonancia magnética funciona combinando campos magnéticos con frecuencias de radio. En este escenario los átomos son estimulados y son detectados mediante algoritmos de software.

Se van obtienen cortes de imágenes que se pueden hacer a lo largo de toda la zona estudiada. De esta manera se obtienen imágenes por secciones que pueden servir para detectar tumores y conocer su estructura. Así es más fácil tomar decisiones médicas sobre cómo se programa el tratamiento de un cáncer.

Existen dos maneras de realizar una resonancia magnética. Puede ser cerrada en la que el paciente permanece en un tubo bastante estrecho durante el proceso. Es más eficaz y consigue imágenes de mayor nitidez. El campo magnético es más concentrado consiguiendo mayores resultados.

También existen resonancias magnéticas abiertas también efectivas, pero con imágenes de peor calidad. En este caso el espacio que ocupa el paciente es algo mayor y menos claustrofóbico.

Para qué sirve y cuándo se usa la resonancia magnética

La resonancia magnética es muy usada en pacientes con mucho riesgo de padecer cáncer o con sospecha de tener un tumor. Entre sus ventajas, es una gran herramienta preventiva y de detección precoz. Por eso es tan importante en los tratamientos oncológicos.

Es más eficaz en regiones del cuerpo más amplias como el abdomen, caja torácica o el corazón. Sin embargo, en zonas más pequeñas puede conseguir peores resultados. Se suele usar sobre para detectar tumores en zonas con tejido blandos. Permite además conocer la composición de los tejidos analizados lo cuál es muy útil para el tratamiento de los tumores.

Es una de las herramientas más utilizadas, por ejemplo, para prevenir el cáncer de mama. Se conoce como mamografía y es un método de cribado en el que se aprovecha al máximo las virtudes de la resonancia magnética para la localización de tumores.

También sirve para comprobar la efectividad de un tratamiento contra el cáncer. Mediante la resonancia magnética se puede hacer seguimiento de la evolución de los tumores y determinar la eficacia de las medidas tomadas. Por eso es tan valorada por los especialistas en oncología.

Además, para el paciente resulta bastante cómodo. Dejando a un lado la estrechez que ya hemos mencionado, sólo tiene que permanecer tumbado en una camilla lo más inmóvil posible. Es posible que el especialista solicite en ocasiones alguna respiración profunda o por el contrario que se deje de respirar durante un instante.

Lo único que se debe evitar es que el paciente no entre con nada metálico en la resonancia magnética por la propia naturaleza del proceso. Por ejemplo, una placa para sanar una rotura ósea puede entrañar algún riesgo, además de provocar distorsión en la imagen.

Por la facilidad del proceso y por la gran calidad de las imágenes diagnósticas que proporciona, la resonancia magnética es una de las herramientas más valoradas. Es uno de los grandes métodos para localizar tumores y combatir el cáncer.