07 Feb

El linfedema como efecto secundario de un tratamiento contra el cáncer

El cáncer, en todas sus variantes, ha constituido un gran desafío para la ciencia, y concretamente, para la medicina. Desde hace décadas existen tratamientos efectivos para abordar la enfermedad, aunque los resultados pueden variar según el estadio de cada paciente. Sin embargo, hay algo que siempre se puede esperar en durante este proceso y son los efectos adversos; entre ellos, el linfedema.

El tratamiento del cáncer es, por lo general, invasivo y agresivo, por lo que termina afectando también células y órganos no inmiscuidos en la enfermedad. Es por ello que los pacientes pueden experimentar una amplia variedad de síntomas mientras lo reciben. En esta oportunidad, nos centraremos en el linfedema, uno de los más comunes. A continuación, explicamos sus causas, tratamiento y cómo prevenirlo.

¿Qué es el linfedema?

El linfedema es una acumulación de líquido en los tejidos blandos del cuerpo como consecuencia de la obstrucción del sistema linfático. Este último constituye la vía por la cual fluye lo que se denomina linfa o líquido linfático y, a través de este, los glóbulos blancos; estos constituyen parte de la respuesta inmunitaria que ayuda a combatir infecciones y otras enfermedades.

Si bien no ocurre en todos los pacientes, se ha observado que tanto el momento como la ubicación del linfedema pueden variar. Algunos pueden desarrollarlo justo después de someterse a una cirugía de remoción de tumores o de la radioterapia; otros pueden desarrollarlo meses, e incluso años, después de finalizado el tratamiento contra el cáncer. He allí la importancia de mantener los cuidados posteriores.

¿Por qué aparece el linfedema después del tratamiento contra el cáncer?

Como es evidente, el linfedema está relacionado con algún problema con el sistema inmunitario. Se sabe que la principal causa de su aparición a largo plazo es la exposición a ciertos procedimientos; entre ellos, la extirpación de los ganglios linfáticos, muy común en el tratamiento contra el cáncer de mama. Asimismo, la radioterapia o cicatrización en los ganglios y vasos linfáticos.

De hecho, es bien sabido que el riesgo de linfedema aumenta en función de la cantidad de ganglios y vasos linfáticos extirpados o dañados durante el tratamiento. Y cabe destacar que esto también puede ocurrir durante las biopsias. Sin embargo, la misma afección cancerígena por sí sola puede ocasionar la obstrucción de los ganglios y/o vasos linfáticos y, en consecuencia, derivar en linfedema.

Síntomas de linfedema

Por lo general, el linfedema empieza con una inflamación en la zona en cuestión acompañada de una sensación de pesadez. Si empieza en el brazo, esta poco a poco puede extenderse hasta la mano y los dedos; de igual forma si empieza en las piernas. Sin embargo, los síntomas pueden variar dependiendo de la parte del cuerpo a la que esté enfocado el tratamiento contra el cáncer.

Como ejemplo, en las personas que reciben tratamiento contra el cáncer de mama tiende a aparecer en los brazos y las piernas; a este le siguen los cánceres que afectan el sistema urinario: de vejiga, de riñones, de próstata, de testículos o de pene. Mientras que en los casos en que el cáncer afecta la cabeza o el cuello, el linfedema suele aparecer en el cuello; aunque también en el mentón, la cara y la boca.

Diagnóstico del linfedema

Con base en ello, siendo un síntoma muy visible, el diagnóstico de linfedema es mayoritariamente clínico. Los médicos pueden medir el diámetro del brazo a distintos niveles para evaluar el grado de inflamación. Por ejemplo, en el brazo, antebrazo y la muñeca. Y, por supuesto, complementan esto con los factores de riesgo, signos y síntomas ya descritos.

El tratamiento del linfedema

El linfedema derivado de un tratamiento contra el cáncer se puede tratar, principalmente con cuidados estrictos tras la cirugía. En caso de cirugía axilar, evitar la entrada de agentes patógenos a través de esa vía usando crema depilatoria o rasuradora eléctrica para retirar los vellos. De igual forma, hay que evitar agentes irritantes que pudieran contener estas cremas, los desodorantes y los perfumes.

Y uno de los tratamientos más efectivos contra el linfedema es el drenaje linfático manual. El procedimiento consiste en masajear la piel son suavidad para drenar las vías obstruidas y permitir que la linfa fluya a través del sistema linfático. De este modo, la hinchazón puede reducirse paulatinamente de la mano con los cuidados previamente descritos. Entonces el siguiente paso es evitar que se repita.

¿Se puede prevenir el linfedema tras el tratamiento contra el cáncer?

Sin embargo, EuropaColon considera que el mejor tratamiento es la prevención. Y, de hecho, existen algunas medidas post tratamiento contra el cáncer que pueden evitar el desarrollo de linfedema a corto y largo plazo. Estas no son muy diferentes a las recomendadas para prevenir el cáncer y otras enfermedades: dieta saludable para mantener un peso adecuado y evitar el sedentarismo para mejorar el drenaje linfático.